martes, 12 de diciembre de 2017

Las Vegas, Cañón del Colorado, Antylope Canyon




Nuestro viaje por vacaciones de Thanksgiving fue especial, lo teníamos pensado casi desde el principio, y tuvimos la gran suerte de hacerlo acompañados con dos personas que tanto echábamos de menos. Con mis padres, nos convertimos en 7 socarrats por Las Vegas.

Cogimos un avión en Austin con dirección Las Vegas, el punto de encuentro con mis padres fue en el aeropuerto, ellos tenían el vuelo Alicante- Las Vegas y ambos llegábamos con una hora de diferencia. Solo bajar del avión te encuentras lleno de máquinas tragaperras, antes de coger la maleta ya puedes empezar con el vicio, muy fuerte. Después del esperado reencuentro, que tanta falta nos hacía, nos dirigimos a por el coche de alquiler que ya teníamos reservado previamente. Un Dodge de 7 plazas en el que estuvimos muy anchos y muy cómodos. De allí al hotel a dar señales de vida, y después quisimos dar una vuelta por Las Vegas, primero con el coche para hacernos una idea. La calle Strip, donde están todos los hoteles más importantes, es muy larga y no puedes dejar de parpadear; Nueva York, la Torre Eiffel, Venecia, Roma…luces, luces, millones de luces. Pasamos por una calle con cientos de capillas para casarte, tal vez en otra ocasión volvamos. Fuimos directos a la calle Fremont, es la parte antigua de Las Vegas, es peatonal y tiene todo el techo de luces, por supuesto esta todo de casinos y gente de lo más variopinta por la calle, cenamos y volvimos al hotel que al día siguiente nos esperaba otras sorpresas.

La idea en un principio era salir de buena mañana hacia el Gran Cañón del Colorado para ver el atardecer, pero nos había impresionado tanto Las Vegas la noche anterior que pospusimos salir hasta el mediodía. Antes que nada fuimos al típico cartel de Las Vegas, que si no te haces allí la foto es como si no hubieras ido, siempre suele haber cola, al ser tan pronto, no había mucha gente. Fue una mañana de pateo, aparcamos en el Hotel del Castillo de Excalibur. Puedes entrar a todos los hoteles. Los hoteles son temáticos, es como un parque de atracciones. Dentro tienen; un casino, por supuesto, tiendas, restaurantes, el hall, que suele ser espectacular. Cuando sales todo está conectado por escaleras mecánicas y puentes para cruzar la calle sin molestar a los coches. La distribución me encantó, porque esta estudiado para circular sin problemas y poder ver todo.

Del Castillo de Excalibur, pasamos al de Nueva York, al de Paris y el del Bellagio…espectacular, el hall, los pasillos, la decoración navideña, las tiendas, los techos, los jardines. Llegamos hasta la mitad, y ya nos volvimos, aún nos quedaba un día más a la vuelta por Las Vegas.

El camino hacia el Gran Cañón es muy bonito porque es como si estuvieras viendo una película, son rectas interminables, todo desierto y con montañas rocosas. Pasamos del estado de Nevada al estado de Arizona. Típicos paisajes de las pelis de indios y vaqueros. Cogimos la ruta 66, el atardecer fue precioso, y ya de noche llegamos a Williams, un pueblecito dentro de la ruta 66 que está cerca del gran Cañón y es una pasada. Han conservado el espíritu del lejano Oeste con los años 50, era tal cual el pueblo de “Cars”.

Al día siguiente, directos al Gran Cañón del Colorado, cuando entras al parque vale la pena entrar en el pabellón del visitante y que te expliquen que miradores son mejores y poder ver una película de unos 20 minutos que explica como se ha formado el cañón. Después ya coges un autobús donde va haciendo paradas en todos los miradores, tienes la opción de hacerlo  pie o con bici. Nosotros lo hicimos en el autobús, y en un día nos recorrimos todo el parque. Nos encantó, es uno de esos sitios donde hay que ir, impresiona, porque es como si vieras las montañas desde arriba, indescriptible. En el último mirador nos esperamos a ver el atardecer, y aunque se nubló, ese ratito compartido con J, mis hijos y mis padres siempre lo voy a recordar…

Después del atardecer nos dirigimos a Page, un pueblo cerca de la frontera del estado de Utah, donde cenamos y pasamos la noche. Por la mañana teníamos una cita previa para poder entrar al Antylope Canyon, en tierra de los Indios Navajos, una de las joyas que les queda a los nativos. Hay dos Antylopes Canyon el Upper y el Lower (el de arriba y el de abajo) como tienes que pedir cita con mucha antelación, yo la pedí como un mes antes y el Lower ya estaba lleno y pedí en Upper, que era un poco mas caro. Pero creemos que valió la pena, porque hay menos gente y el paseo con el 4x4, antes de llegar al Antylope, fue genial. Son túneles de color naranja brillante que se han tallado por inundaciones repetidas y erosión, y da la sensación que vas hacia las entrañas de la tierra, tienes que verlo para creerlo. Las mejores vistas son en verano donde la luz cae directa y las vistas son espectaculares. El guía te va explicando e incluso te hace y te dice donde tomar las mejores fotografías.

A 7 kilómetros de allí fuimos a ver la curva de la herradura, Horseshoe Bend, una autentica pasada de sitio que también recomendamos. Y ya con los ojos hipnotizados de todo lo que habíamos visto, regresamos a Las Vegas, esa noche nos alojamos en el Hotel Circus.


Un hotel enorme, con una montaña rusa dentro y todo tipo de atracciones, un casino interminable, que para acceder a las habitaciones crees que no llegas nunca. Esa tarde vimos el espectáculo del fuego que hacen en los jardines del hotel Miracle y el de las fuentes del Hotel Bellagio, muy recomendables los dos y gratis. Duran unos 5 minutos y se repiten cada media hora. Al ser de noche volvimos a pasear por las Vegas pero en toda su esencia, todo iluminado, hasta el mínimo detalle, una ciudad espectacular. Y no, no jugamos, a parte que con niños tampoco puedes, pero la gente juega…y mucho, una locura!

Al día siguiente, antes de coger el vuelo para regresar a Austin, fuimos a ver las Seven Magic Montains, unas piedras grandes de colores en medio de la nada, bueno, nos hicimos algunas fotos y al aeropuerto. Regresamos a Austin, deseando enseñar a mis padres donde vivimos y mostrar lo bonita que es Austin, pero eso da para otro post…


viernes, 17 de noviembre de 2017

N al habla


Mi primer mes aquí fue bastante duro, yo "creía" que sabia ingles y de hecho era muy buena en la asignatura pero claro, era buena en España. A veces me sentía mal porque me hablaban y a lo mejor entendía cuatro palabras. También porque soy muy tímida y si ya me costaba empezar una conversación en español, en ingles ni te cuento. La gente de aquí lo facilita todo un poco, la mayoría son muy amables y reconocen tu esfuerzo al hablar en otra lengua, si cometes un error te corrigen y en paz. Todos se respetan y nadie se mete con nadie, da igual como te vistas, de que color eres o qué orientación sexual tienes, supongo que me pareció raro porque yo tenía una imagen preconcebida de esta gente. Mi escuela hay muchísima diversidad y eso me encanta, en una sola clase tenemos a un francés, dos japonesas, un coreano,una tailandesa y un ruso. También me costó adaptarme a esta nueva vida, en el colegio tienen una dinámica muy diferente a la de España, lo que más me sorprendió fue la libertad que tiene la gente como por ejemplo levantarse en silencio y salir de clase al baño, cuando en España o ibas en el recreo aunque no tuvieras la necesidad o te aguantas. Aquí se puede comer en clase, en mi antiguo colegio la pasabas canutas para que la profe de mate no nos pillase con el chicle, o utilizar el móvil en clase, pero lo que mas me sorprendió fueron los exámenes, tipo test y encima al lado de la otra persona, en España nos separan cuatro mil metros para no copiar, y aun así la mayoría copia, también tenias que estudiarte demasiadas cosas para el examen y después del examen la mayoría las olvidabas . Todo el mundo sabe que cuanto más prohíbes una cosa mas van a hacerla, y más unos adolescentes.

Eso sí, a la hora de trabajar todo el mundo está en silencio y haciendo lo que toca. A día de hoy ya hace 3 meses que estoy aquí y parece que viva en Austin desde hace años, ya me he acostumbrado a las clases y puedo entender todo lo que me dicen, aunque todavía me cuesta un poco hablar . Tengo mi grupo de amigos, españoles también, debería juntarme con gente que habla inglés para aprender más pero está bien tener amigos que están en tu situación, viviendo en otro continente lejos de casa, porque te comprenden. Creo que poco a poco crezco como persona, ya que te conviertes en las personas con las que más tiempo pasas, y yo vivo rodeada de gente con buenas vibraciones. En verdad es un gran cambio en la vida de una persona. Es una nueva etapa con nuevos desafíos, nuevas oportunidades y nuevas relaciones.




Para esta experiencia se necesita tener una mente abierta, la cual se la debo a mis padres. Ahora mismo son lo único que tengo, en España solía encerrarme en la habitación y olvidarme de ellos, ahora me paso el día entero con ellos en un piso (que se nota mucho la diferencia de esto a vivir en una casa) hemos descubierto facetas de cada uno que no sabíamos que teníamos.


Puede resultar difícil el estar lejos del verdadero hogar. En ocasiones, cuando las cosas van realmente bien, paso por alto un poco a las personas que están lejos. Pero cuando van un poco mal, me doy cuenta de lo mucho que extraño a mi gente. Gracias a esta experiencia sabes quien va estar siempre y quien va estar a ratos.
Me despedí de mis amigos el día 16 de agosto, ellos se iban al campamento y yo al día siguiente cogía el avión, me faltaron palabras para decirles lo mucho que los iba a echar de menos. Ellos hicieron de mi verano uno de los mejores  Conocí e hice amistad con muchísima gente a la que ahora mismo quiero muchísimo. El verano ya tenía hasta su rutina, y que felicidad de rutina! Empecé a valorar las pequeñas cosas, a exagerarlo todo: que si estaba feliz  tenía que estar super feliz, perdone a gente que no me veía capaz de perdonarla y a reencontrarme con personas que no veía desde hace tiempo para no volverla a ver en mucho tiempo.



También me despedí de mi Iaia, ella no vendría a despedirse en el aeropuerto porque es mayor. Mi iaia es una mujer maravillosa y una de las mejores consejeras, no lo digo porque sea mi abuela porque si la conocieras también pensarías lo mismo. Me despedí del resto de mi familia en el aeropuerto y no se puede describir como me sentí en ese momento. Yo no suelo llorar mucho, pero se me hizo imposible. No se puede explicar  el nudo que se te forma de pensar que no iba a poder estar con ellos durante mucho tiempo.  Dolía pensar que iba a terminar las conversaciones a la hora de comer, de pelearse por ver quien dormía en el sofá, la paella, los “i el noviet?”, las meriendas, pelearse por los barquillos rellenos de chocolate con mis tías Eva y Ana, el preferir irme de compras con mi abuela y mi tía Elia que con mi madre, jugar como si tuviéramos 5 añitos mi tío y yo, las excursiones de los domingos con el abuelo “Malolo” y Dora… Y es que cada uno tiene su propio encanto y me han aportado un trocito de su forma de ser.
Supongo que a nadie le gusta estar lejos de quien quiere y menos con miedo a perder esa persona. Uno no se acostumbra la distancia, la asume.Muchas veces me siento impotente y triste,por no poder dar ese abrazo del que tantas ganas tengo y no solo oír su voz por el teléfono. Lo que hay que hacer es no perder el contacto, no olvidarla y no dejar que te olvide. Es difícil pero tampoco imposible.




Ahora mismo estoy muy feliz donde me encuentro, me dedico a hacer cosas que de verdad me llenan. Tenía miedo y me lance a esta aventura. Una vez alguien me dijo que tenía que ir a por eso que me hacía feliz. Y aquí estoy, con todo lo que supone y con las pilas totalmente cargadas para ir a por todas. Cuando viajas ,cuando te atreves, cuando das un paso hacia delante, o hacia detrás, cuando descubres, cuando conoces, cuando dejas etapas atrás, o cuando estás viviendo otras que es que parecían inalcanzables no es que estés saliendo de tu zona de confort es que estas intentando encontrarla.
N.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

It´s Halloween!!!


Vivir Halloween en los EEUU ha sido una experiencia que siempre llevaremos encima, porque aquí se vive a lo grande, como lo hacen todo aquí.  Esta fiesta nunca me ha atraído, no sé si es porque no me gusta disfrazarme o porque los de los muertos, las calaveras y el miedo no son mi fuerte. Pero como donde fueres haz lo que vieres, lo hemos vivido como unos mas.

En los supermercados, a partir de finales de septiembre ya tienes pasillos enteros de decoración y disfraces para Halloween. Y en Octubre ya ves casas súper arregladas con detalles de calabazas, muertos, calaveras, telarañas y todo lo que te puedas imaginar. Nosotros al vivir en un apartamento compramos un adorno para la puerta, todos nuestros vecinos tenían las puertas decoradas, incluso con calabazas en el suelo y a los niños les hacía ilusión tener algo decorado.


Mi teacher de inglés, Cameron, nos explicó la historia de Halloween; en otoño es la época donde todo cambia. Las plantas pierden sus hojas o mueren, la gente recoge la última gran cosecha de la temporada…Durante siglos, esto ha hecho que la gente piense sobre el ciclo de la vida. En cada parte del mundo se celebra con diferentes costumbres. Estos días festivos de otoño, ayudan a algunos a recordar a nuestros seres queridos que han muerto, conectarse con el mundo de los espíritus y divertirse un poco antes de que llegue el invierno.


El 31 de octubre en los Estados Unidos, mucha gente celebra Halloween. Históricamente, la gente creía que era un día en que los espíritus de los muertos vagabundeaban por la tierra y podían ocurrir muchas cosas inusuales o aterradoras. En Halloween, algunas personas celebran lo sobrenatural y se dan un susto de diversión. Los orígenes son muy antiguos, Halloween, también conocido como All Hallows'Eve, tiene sus raíces en un festival celta precristiano llamado Samhain.  Samhaid comenzó hace unos 2000 años, y el nombre significa "fin del verano" en gaélico. Debido a que Samhain y el Día de Todos los Santos se celebraron alrededor del 1 de noviembre, los dos días se han influenciado mutuamente.

Las tradiciones de Halloween son diferentes según el país e incluso la región de un país. Algunas de las tradiciones más populares son truco o trato. “Trick or Treat” es la práctica de los niños que van de de puerta en puerta, generalmente disfrazados, y pidiendo caramelos. Si una casa se negara a ofrecer obsequios, esperarían desgracias y mala suerte.


Otro símbolo icónico de Halloween es el Jack o'latern, que es una gran calabaza con un diseño tallado en ella. Por lo general, una vela se ata dentro de la calabaza, iluminándola desde el interior. Tallar verduras no es una nueva tradición, de hecho, las calabazas fueron las primeras especies de plantas domesticadas por los humanos, hace alrededor de 10000 años, principalmente por su capacidad de mantener la forma después de ser tallado. El origen de Jack o'laterns está en Irlanda en el siglo XIX. La gente tallaba huesos grotescos en nabos para asustar a los espíritus de sus hogares.


Y después de esta explicación os cuento nuestro primer Halloween. El fin de semana pasado fuimos a ver el desfile de “Viva la Vida” que conmemora el Día de los Muertos que se celebra en la América Latina. Asociaciones folclóricas desfilaron con vestidos y música, hubo mucha gente participando y sobre todo mirando, estaba a tope.





 Por la noche nos disfrazamos, dos de nuestras compis celebraban su cumple y quedamos a cenar. En el restaurante éramos los únicos disfrazados, cosa que tampoco nos importó mucho, nos dijeron que la gente se suele disfrazar después, bueno, pues eso que llevábamos de ventaja. Como buenos españoles, nuestra sobremesa suele alargarse y siempre somos los último. Mi hijo M, se durmió y no pudimos ir con todos a la 6th Street, donde estaba todo el ambiente. En fin, suele pasar si vas con niños pequeños, otro año.


El domingo, N fue a un taller donde cortaban las calabazas para Halloween, y nosotros acompañamos a M a un cumple de un compañero de clase. Lo celebró en su casa, en el patio había un castillo hinchable enorme.


Durante la semana en clase los niños pueden ir disfrazados, pintan calabazas y hacen manualidades todas relacionadas con Halloween. Pero el gran día es el 31 de octubre por la tarde. Nosotros quedamos con nuestro grupete Spanish en casa de una profe, que tiene un vecindario de esos donde las casas son una pasada y no les faltaba ningún detalle. Se disfrazaron los niños y los mayores con algunos detalles para parecer niños, fuimos casa por casa. Se nos pasó el tiempo volando y entre risas y asombro, llenamos las bolsas de chuches. A las 8 se puso a llover y ya cada uno a su casa. Una cosa no me gusta de esta fiesta es que al día siguiente es normal, tienes que ir a clase o trabajar. Por lo que no puedes estar hasta muy tarde.


Esto es Halloween, una fiesta que se celebra sobre todo en angloesfera; Estados Unidos, Canadá, Irlanda o Reino Unido y en menor medida en España o Iberoamerica. Donde yo vivo no se celebra y es porque tenemos nuestra propia fiesta: La Feria de Todos los Santos.
Es curioso pensar cómo este día se relaciona con otras celebraciones en todo el mundo. Hay relaciones entre Halloween y Chuseok en Corea, Obon en Japón, Día de los muertos en México, Todos los Santos en España o Gaijatra en India.
Happy Halloween!!

domingo, 29 de octubre de 2017

Fira de Tots Sants/ All the Saints of Fair



Hoy va ser una entrada mas personal. No voy hablar de mi vida aquí, en EEUU. Me he levantado nostálgica, se acerca la Feria de mi pueblo, Cocentaina, y no voy a estar allí…nos separa mas de 8000 kilómetros de distancia. 

Pensando…es la primera vez desde que nací que me la pierdo. Porque las otras fiestas que se celebran, en algún momento no he estado. Pero la feria es LA FERIA y eso que siempre he trabajado. Primero ayudando en el negocio de mis padres y después en el mío propio, pero aun así he disfrutado de ella, he salido y casi no he dormido para no perdérmela.
Para la gente que nunca ha ido o no sabe que es la Feria de Todos los Santos, voy a intentar explicarlo pero por mucho que os diga, seguro que es mejor. Un pueblo de casi 12000 habitantes, se convierte entero en una Feria. Se celebra desde 1346 y esta declarada de Interés Turístico Nacional.


Echo de menos los días previos a la feria; como nos calentábamos la cabeza para preparar el escaparate de las tiendas, como empezaban a montar las casetas del Passeig y ver las caras de los montadores de todos los años, ver camiones y trailers por las carretera intentando entrar  dentro del pueblo, llevar a los niños al cole y asomarnos al barranco para ver como montan las atracciones infantiles; la noria, los autos de choque, el tren de la bruja, el dragón o el saltamontes. Desde mi casa veía como los feriantes iban llegando con sus caravanas o camiones que por dentro son una casa, y como un puzle iban colocándose hasta hacer un pequeño pueblo en un descampado.

El día de antes es un caos, todo el mundo está nervioso porque quiere montar su stand pero no puede pasar o el del lado le tapa o mil cosas, es difícil caminar por casi ningún sitio, todos van y viene con cajas. Y como por arte de magia todo se va colocando; los tractores primero, los coches milimétricamente colocados, nosotros siempre teníamos delante las motos, más arriba el del vino, las autocaravanas, las puertas de forja, los hornos de cerámica, las estufas de pellets…

Y llega el día, te despiertas y miras por la ventana, ya hay mas coches aparcados que el resto del año, te vistes con tus mejores galas. En feria es fácil distinguir a la gente de fuera y los que somos del pueblo, normalmente la gente viene preparada con buen calzado, de esport y cómodos para caminar, sin embargo nosotros tenemos la costumbre de estrenar ropa para la feria, y vamos monísimos y acabamos destrozándonos los pies pero esto es así y no se puede cambiar. Por mucho que quieras madrugar siempre hay gente que madruga mas que tú, así que cuando llegas al bar para almorzar ya está todo lleno y con mucha paciencia esperas tomarte un café con leche y si tienes suerte, una tostada. Siempre he visto los toros desde detrás de la barrera, veo la feria a mediodía, por la noche o el ultimo día, que hay menos gente. El resto estoy atendiendo a los clientes y mirando la gente pasar.

Cierro los ojos y oigo el murmullo de la gente, subiendo, bajando, con bolsas, gente de todo tipo, de todas las edades, parejas, familias, grupos de amigos, grandes, pequeños… Pasan las horas y sigue pasando gente, no hay fin, entran, salen, preguntan, algunos compran.
Mi padre viene con algún queso, turrón o dátiles, y nos cuenta las novedades de ese año, los amigos pasan a saludar, y van pasando las horas sin darte cuenta. Cerramos un momento y comemos allí, hacemos turnos y ya salimos por las calles a ver la feria. Realmente casi siempre es igual, año tras año sigue viniendo la misma gente a exponer sus productos.

Nosotros siempre hacemos el mismo recorrido, bajamos el Passeig, mirando coches y viendo lo que hay en las casetas y llegamos a los turrones, donde es imposible no comprar. Y a partir de aquí es una locura, todos pegaditos porque esta llenísimo de gente, visitas el Mercado Medieval, hasta el Pla la Font donde están los animales, subes al Pla, ves un espectáculo medieval, o de magia o de acrobacia, entras al Palau y ves las exposiciones. Subes y pasas por el Zoco islámico en la zona del rabal y volvemos otra vez a nuestro trabajo. Allí seguimos saludando, viene gente que solo vemos en feria y es una alegría esos reencuentros.

Por la noche nos vamos a la zona gourmet, donde pruebas vinos y tapas hasta aburrir, quedas con los amigos y cuando los pies ya no pueden más, te vas pensando en todo lo que te queda por ver al día siguiente…

Y así durante tres o cinco días que suele durar la feria, desde el 1 de noviembre hasta el fin de semana mas próximo. Este año no podré estar físicamente… pero soñare con su olor, con sus ruidos, con sus sabores… Así que mando un mensaje a todos mis amigos y conocidos que vayan, que me manden o publiquen imágenes o vídeos de La Feria, para mi será un regalo. Un trozo de mi corazón estará allí.


Disfurteu-la perquè es única. Avant la Fira Tots Sants 2017!!!! 


miércoles, 25 de octubre de 2017

Houston, tenemos un problema!!!


Empiezo con la la famosa frase por la que se conoce "Houston". Fue pronunciada el 13 de abril de 1970, cuando los tres astronautas de la NASA de la misión Apollo 13, dos días después del despegue, se vieron forzados a abandonar sus planes de realizar el tercer alunizaje a la luna.


Nosotros si que cumplimos nuestros planes, y estuvimos tres días Nonstop en Houston. El viernes J tenia fiesta, y decidimos que era el día perfecto para ir al Consulado de España, ya que tienes que ir un día laboral. El consulado de España que mas cerca tenemos es el de Houston, plan perfecto para ir a visitar la ciudad. Tardamos sobre tres horas en llegar, esta a 163 millas, unos 260 km. Salimos a las 6 de la mañana, porque teníamos cita a las 9:00. Allí rellenamos, firmamos todo el papeleo y empezó nuestro gran fin de semana por la ciudad mas grande de Texas, con 2,3 millones de habitantes y 1553 km cuadrados.



Primera parada fue en el Museo de ciencias Naturales, allí pensamos que lo mejor era sacarnos el City Pass, un pase con 5 entradas a las mejores atracciones de Houston, como teníamos claro que queríamos ir a la NASA y la entrada eran 30$ por cabeza. Con el City Pass pagabamos 59$ adultos y 49$ niños, y nos daba para la NASA y cuatro sitios mas, se podía usar durante 9 días, pero nosotros solo teníamos 3. No importó, lo vimos todo, reventados pero no se nos quedó nada por ver.






Museum of Natural Science nos encantó, supongo que para un profesor de naturales debe ser el paraiso. Es uno de los museos más visitados en los Estados Unidos y uno de los más concurridos en Houston, el Museo alberga el Planetario Burke Baker, el Teatro Wortham GIANT, el Centro Cockrell Butterfly y una fascinante variedad de áreas permanentes de exposición que examinan astronomía. , ciencia espacial, cultura nativa americana, paleontología, energía, química, gemas y minerales, conchas marinas, fauna de Texas y mucho más. Además, el museo presenta con frecuencia exposiciones itinerantes sobre una variedad de temas. Nos impactaron los dinosaurios a tamaño real.







Después de disfrutar del museo, comimos en el parque Sam Houston,precioso, con una ladera y un lago, muy bien cuidado. Y vimos pinos, muy típicos donde vivimos en España.
Al lado del parque esta el Zoo de Houston, también podiamos entrar  con el City Pass. Es muy grande y bien cuidado, aunque nosotros no somos muy de Zoos, había animales realmente aburridos de estar en cautiverio, pero al mismo tiempo también conocimos animales que nunca habíamos visto. Los que mas me impresionan son los gorilas, tan parecidos a nosotros en sus gestos.








Nuestra siguiente parada fue en busca del hotel, que había reservado con antelación hacia una semana. Cuando llegamos al hotel...los cinco, nos miramos y dijimos; "Houston, tenemos un problema". El hotel no era lo que esperábamos, parecía que estaba en obras, en la recepción nos dieron la llave de la habitación, pensando que la habitación se salvaría. Las habitaciones se dividían en dos plantas y daban a la calle, exactamente igual que como habíamos visto en películas (de miedo). La habitación era pequeña con dos camas de matrimonio y un diminuto baño, que solo cabía una persona, aunque lo peor era el olor. Volvimos a recepción, nos explicaron que estaba así por el huracán. Como teníamos el desayuno incluido y el hotel dijo que no ofrecía, pudimos cancelar la reserva y buscar otro hotel. Finalmente, encontramos un hotel, con el mismo precio, pero con espacio para los cinco, limpio y con desayuno, perfecto.











Al día siguiente, visitamos la Nasa Space Center Houston, desde la entrada ya es todo impresionante. Tiene más de 400 artefactos espaciales, exhibiciones, simuladores. Puedes ver un cohete por dentro, hay charlas de aereonautas a quien  les puedes preguntar cosas, los trajes que se utilizaban y los actuales. En un trenecito te llevan a una nave, donde trabajan con simuladores donde ves cohetes o artefactos espaciales, robots. En otra nave, ves una replica de un cohete que se utilizó para llegar a la luna y una exposición de todos los alunizajes que se han hecho. Puedes tocar un trozo de piedra de la luna. Es un sitio totalmente recomendable. 







Comimos allí y después nos fuimos a un parque de atracciones frente al mar, que esta cerca de la Nasa, KemanBoardwalk, entramos con el City Pass y subimos a todo lo que nos dio tiempo. Dimos una vuelta por el muelle. Como aun nos quedaba energía, para rematar el día, fuimos a cenar a The Galleria, un centro comercial con una pista de patinaje de hielo dentro y con tiendas fuera del alcance de nuestros bolsillos. 



El domingo amaneció lloviendo, nos quedaba por ver el Aquarium y  Downtown. En el Aquarium solo estaba abierto el edificio central, donde esta el acuario, y también se pueden ver tigres de Bengala. Hay una atracción donde tocas rayas y les puedes dar de comer. El exterior estaba cerrado por la lluvia, donde hay atracciones. Seguramente este sitio fue el que menos nos impresionó, ya que en el Zoo, tienen un aquario grande y el día no acompañaba mucho. Lo hicimos rápido y nos fuimos al Downtown, el centro de Houston, donde están los rascacielos. Allí nos hicimos la típica foto de la fachada, el tiempo nos dio una tregua y pudimos dar una vuelta por Main Street. Por la tarde ya fue la vuelta a Austin,, reventados pero contentos de ver y disfrutar de esta gran ciudad. 
See you!