viernes, 14 de septiembre de 2018

El verano en España y la vuelta a Austin



Después de este parón vacacional, me pongo de nuevo delante del teclado para contaros nuestras vivencias en EEUU, concretamente en Austin (Texas). Como os conté en el último post, decidimos quedarnos mas tiempo por aquí, es una experiencia única que tenemos que aprovechar. Pensamos que tuvimos que hacer grandes cambios en nuestras vidas para dar el paso de cruzar el charco y después de comprobar que hemos sobrevivido, lo mejor era seguir con esta aventura.
Teníamos muchas ganas de ir a España, de estar con los nuestros, el viaje hacia allí fue una total odisea, que tuvo final feliz, porque llegamos y lo vivimos como un momento que nunca olvidaremos. Han sido casi tres meses, donde nos hemos cargado de vivencias que tanto echamos de menos, el estar con la familia, con los amigos, nuestra comida, nuestra casa, nuestro pueblo, nuestras montañas... pienso que, tanto los niños como nosotros, hemos aprovechado cada minuto allí.
Llevo toda mi vida viviendo en mi pueblo y sin embargo me parecía un lugar nuevo, renovado. En realidad sé que todo sigue igual, la que estaba diferente era yo. Me siento tan libre como antes, pero la sensación de libertad, ahora, es distinta. Hemos escapado de la comodidad y hemos logrado que todo funcione a cientos de kilómetros de nuestro hogar, siento que puedo hacer cualquier cosa.
Los primeros días fueron una locura, cada dos pasos que dábamos por la calle, parábamos a saludar y contar la misma historia. Ha sido tan bonito, creo que nos hemos centrado mas en la calidad que en la cantidad, porque me hubiera encantado pasar mas tiempo con todas las personas de allí. Una cena, o una comida, o un café, o un entreno, o simplemente una "barsella" en medio del Mercadona... de este verano, lo llevo dentro de mi.

El verano nos ha pasado muy rápido, llegamos a principio de junio, todos estaban con su rutina de cole y trabajo y sé que alteramos esos últimos días con nuestra llegada, disfrutamos de los fines de cursos, como si hubiéramos estado allí ese curso escolar. Vino J, y empezaron las fiestas, las quedadas y un no parar hasta llegar agosto, donde los viajes y el campamento daban por finalizado nuestro verano en España.

A pesar de tener claro que íbamos a volver, que ya sabíamos a lo que nos enfrentamos al vivir aquí, que ya no tenemos el miedo a lo desconocido, la despedida ha sido muuuucho mas dura que el año pasado. Para nuestra gente creo que la despedida de este año ha sido mas llevadera, es otro año mas, pero para nosotros es diferente, porque somos conscientes de lo que significa pasar nueve meses fuera . Es difícil de explicar, porque aquí estamos bien y es lo que queremos, pero esa adrenalina a lo desconocido y esa inconsciencia de como vivir un año en el extranjero, este año ya no estaban. Incluso para los niños, después de pasar un verano de diversión y jolgorio, venia al cole, al trabajo y a la rutina, sin tener a los amigos de siempre, realmente ha sido duro...todos hemos llorado mucho mas en las despedidas de este año que las del año pasado.


Y ya estamos aquí, han pasado mas de dos semanas desde que aterrizamos y para la tranquilidad de toda nuestra gente, estamos bien. Los primero días fueron de melancolía total, no os voy a mentir, sobre todo N. Pero bueno poco a poco lo vamos llevando y parece que todo vuelve a la calma. La alegría de reencontrarnos con nuestra familia de amigos en Austin tiene mucho que ver, también hemos estrenado nuevo apartamento. Ahora vivimos mejor situados para los coles de todos y estamos mas organizados.
Otra cosa que nos anima mucho, es pensar y organizar los viajes que queremos hacer este año, así que nuestras cabezas no paran de maquinar como aprovechar de todo lo que se nos presenta.



Una de las cosas que mucha gente me dijo, este verano, es que no dejara el blog, y me he propuesto intentar hacer un post al menos cada quince días contando un poco lo que hacemos por aquí, curiosidades de una familia con tres hijos que pasó de vivir en un pueblo de 10000 habitantes a la capital de Texas con 2 millones de habitantes, y con una cultura tan diferente.

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